Páginas

lunes, 4 de marzo de 2013

¡CAMPEONES, CAMPEONES, OE, OE, OE!




Este ha sido un fin de semana perfecto, deportivamente hablando. Y es que últimamente, las únicas alegrías que este país recibe vienen dadas por el deporte, que ya ha dejado de ser simplemente una fuente de salud sino que se ha convertido también en fuente de prestigio internacional. Chapeaux a nuestros deportistas.
Este fin de semana nos hemos proclamado por segunda vez Campeones del Mundo de Balonmano y un chiquillo madrileño de sólo veintiún años se ha proclamado por primera vez en la historia Campeón de Europa de Patinaje Artístico. Olé!
Como aficionada que soy al deporte en general no puedo sino sentirme orgullosa de todo lo que poco a poco se va consiguiendo y sin quitarle ni una pizca de mérito a los chicos del balonmano quiero centrarme en el Patinaje ya que es una de las disciplinas más desconocidas, duras y bellas al mismo tiempo.
Hace unos meses, el Ministro de Cultura concedía una entrevista en la que se le recordaban todos los éxitos que nuestros deportistas están consiguiendo en multitud de disciplinas y se le preguntaba qué quedaba por hacer. Haciendo un gran ejercicio de contención el Ministro contestaba que aún quedaba mucho trabajo, sobre todo en lo referente a los deportes de invierno. Pues bien, totalmente de acuerdo Sr. Ministro.
Y creo que lo primero que se debería hacer, mucho antes de preocuparnos porque nuestros deportistas lleguen a competiciones internacionales, es aportarles todas aquellas infraestructuras y medios que necesiten para desarrollar su actividad. Porque recordemos que nuestro flamante campeón de Europa en Patinaje, ha tenido que marcharse a entrenar a Canadá porque aquí aún estamos a años luz de poder ofrecerle, a él y a tantos otros, el apoyo que realmente necesitan. Por eso tiene aún más mérito todo lo que se está consiguiendo.
Reclamo desde mi humilde posición que el Ministerio de Cultura pague la deuda moral con todos esos chicos y chicas que llevan el nombre de nuestro país a lo más alto y que se les den todas las facilidades que necesiten para poder entrenar a alto nivel sin tener que abandonar su país. Es sabido que las empresas privadas también han de poner su granito de arena y patrocinar a estos talentos porque han demostrado que son más que rentables. Dejemos pues de construir aeropuertos sin aviones, centros cívicos sin mayores y otras majaderías por el estilo y preocupémonos por potenciar el trabajo y el sacrificio de todas nuestras promesas porque está más que claro, que, cuando se confía en ellos, nunca defraudan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario