Como el propio título indica hoy
vamos a hacer un repaso de las normas básicas para el buen funcionamiento de
cualquier empresa o entidad, sea pública o privada. Subrayaré lo de básicas
porque, aunque lo son, y no sólo para el ámbito laboral, aún hay muchos
empleados, y sobre todo muchos jefes, a los que se le supone una formación y una
experiencia más elevadas, que se las saltan a la torera e incluso a veces, con
conocimiento de causa.
Antes de empezar, ruego a todos los
que me lean, que no se ofendan. Yo misma he sido y soy empleada y algún día
pretendo ser jefa así que lo mismo me imprimo este texto y lo pego en un lugar
bien visible de mi futuro despacho para tenerlo siempre presente… quién sabe.
Con todo esto, y siempre bajo mi
punto de vista, empecemos:
1.
RESPETO:
si usted que me lee es empleado, el respeto hacia el jefe es absolutamente
imprescindible así que procure mantener un tono de voz cordial, muestre respeto
hacia sus decisiones y si no está de acuerdo y le dejan, no demuestre su
disconformidad blandiendo espadas ni poniendo el grito en el cielo.
Sinceramente, hay formas mejores y más exitosas.
Si es jefe, no
estaría de más recordarle que yo soy un/una “simple” trabajador/a y por lo
tanto, no me insulte, no me ningunee y no crea que tengo la culpa de todos los
males de su empresa porque es la pescadilla que se muerde la cola y como ya he
dicho en el punto anterior usted es mi jefe y le debo respeto, el mismo que
usted a mí.
2.
COMPROMISO:
si el punto anterior se cumple por las dos partes, yo, como empleado no puedo
sino comprometerme con la empresa desde el nivel más básico, es decir, me
comprometo a ser puntual, a rendir lo máximo en mi trabajo, a no negarme a
hacer horas extras si son necesarias y a poner todo mi esfuerzo y mi saber a disposición
de los objetivos de la empresa.
Pero también el jefe tiene que comprometerse conmigo a
facilitarme la conciliación de la vida laboral y profesional, a escuchar y en
su caso debatir mis propuestas y sobre todo a permitirme crecer dentro de la
empresa si eso fuese posible. Alguien dijo que alguna que crecer juntos es la mejor
forma de crecer.
3.
COMPAÑERISMO:
jefe y empleado han de ser ante todo compañeros. Con la cantidad de horas que
en este país dedicamos al trabajo, es normal que toda relación se desgaste. Por
eso es esencial un buen nivel de compañerismo, porque cuatro ojos siempre ven
más que dos, cuatro orejas siempre escuchan más que dos y dos cerebros siempre
funcionan mejor que uno. Y si aún así el problema persiste es bueno que el jefe
en este caso, sepa parar, salir a tomar una refresco y oxigenar la cabeza con
sus compañeros, y volver al trabajo. Piénselo, no es tan utópico lo que digo, a
veces sólo es cuestión de echarle sentido común.