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martes, 20 de agosto de 2013

CUATRO PALABRAS: RIBEIRA SACRA PATRIMONIO HUMANIDAD

¡Y qué cuatro palabras! Parece mentira que en tan pocos vocablos se pueda decir tanto, que estas palabras encierren tanto valor, tanta naturaleza, tanta historia y tantos sueños. Así somos los humanos, capaces de dotar de un simbolismo enorme a tan sólo cuatro palabras y al mismo tiempo, de dejar que esas mismas palabras caigan en el olvido.
Aunque para ser justos he de decir que en las últimas semanas la vieja reivindicación de la declaración de la Ribeira Sacra como Patrimonio de la Humanidad se ha retomado con un nuevo impulso porque otra cosa que también se nos da bien a los humanos es ser “cansinos” hasta la saciedad, o dicho de forma menos coloquial, ser tenaces y persistentes cuando lo que queremos conseguir nos importa. Y está claro que la Ribeira Sacra, a los que la vivimos y la sufrimos, a los que la conocemos y la publicitamos, a los que la escuchamos en sus sonidos y sus silencios, nos importa. Y mucho.
Por eso no nos cansamos de pedir su inclusión en la lista de Bienes declarados Patrimonio de la Humanidad.
Y aquí voy a hacer un breve inciso: se habla y se seguirá hablando de este tema, pero, ¿sabemos, sabe el público en general, lo que se le exige a un bien y al país en que se encuentra ese bien, a la hora de su declaración como Patrimonio de la Humanidad?. Sin pretender entrar en temas jurídicos que se me escapan, lo que sí quiero es hacer llegar a todos aquellos que lean estas líneas unas nociones básicas de lo que la UNESCO exige en estos casos.
Para comenzar, al bien, en este caso natural, que pretenda optar a la declaración se le pide entre otras cosas que “contenga fenómenos naturales extraordinarios o áreas de una belleza natural y una importancia estética excepcional”. Nadie pone en duda a estas alturas la belleza natural ni la importancia estética excepcional de la Ribeira Sacra. Además la zona encierra otra de esas características valoradas en dichas declaraciones y es que “constituya un ejemplo sobresaliente de hábitat o establecimiento humano tradicional, representativo de una cultura o de culturas ahora vulnerables por el impacto de un cambio irreversible”. Si la viticultura heroica no es representativa de una cultura vulnerable, entonces no sé lo que es. Es una cultura que se pierde si nadie lo remedia, si entre todos no lo evitamos, porque el envejecimiento de la población y los pocos alicientes que se le ofrecen a nuestros jóvenes en este sentido son problemas serios para la zona.
Por otro lado, la Convención sobre la protección del patrimonio mundial cultural y natural, (París, 1972) explica que “ un Bien declarado Patrimonio de la Humanidad es un legado de la comunidad internacional y su presencia en un determinado país, le exige a este país un incremento de imaginación, preocupaciones y gastos para conseguir su protección y defensa”. Es decir, en este caso el gobierno español estaría obligado a velar por la protección y defensa de la Ribeira Sacra. Pero claro, en estos momentos, el Estado no está por la labor de incrementar ni preocupación ni mucho menos gastos en nada. A esto hay que sumarle que las empresas hidroeléctricas con grandes intereses económicos en la zona tienen la sartén por el mango porque les basta con amenazar a los gobiernos locales, al autonómico y al central con una pérdida numerosa de puestos de trabajo y, sobre todo, de beneficios económicos para dichos gobiernos para que éstos hagan la vista gorda y miren hacia otro lado.
 Y no se puede olvidar que lo que se le exige al gobierno español en este caso no es poco. Si tenemos en cuenta que España posee 40 de los 831 bienes inscritos en la lista de la UNESCO, el esfuerzo, sobre todo económico, no es pequeño. Y a esto hay que unirle problemas más domésticos como la duplicidad de competencias entre el gobierno central y los autonómicos, asunto en el que no voy a entrar porque supone tal caos que me temo no sabría salir del asunto.
Resumiendo, que la zona cumple con todos los requisitos y más para poder ser incluida como Patrimonio de la Humanidad pero que también debemos apoyar al gobierno para que ese aumento de esfuerzo económico no sólo pese en la balanza de lo público. Es necesario atraer financiación privada y para eso hay que seguir insistiendo en el potencial que encierran los Cañones del Sil, del Mao, y de toda la Ribeira Sacra en general. Tenemos que seguir insistiendo en hacer de la zona uno de los principales destinos turísticos del interior de Galicia, demostrar a los turistas que a veces, que llueva o que haga niebla no significa que el destino no sea de alta calidad, pero sobre todo, tenemos que convencer a nuestros jóvenes de que hay futuro aquí porque mientras no consigamos eso, mientras ellos no conozcan, amen y apuesten por la zona, desde luego, Europa no lo va a hacer.

Sé que la tarea es ardua y el camino lento pero somos gallegos y ¿alguien ha visto alguna vez rendirse a un gallego?.

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