Hoy ha
salido la encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) y como
todas las encuestas, los datos que arroja, son interpretados según convenga a
unos y otros.
Pero
independientemente de opiniones políticas y de datos sobre intención de voto,
que, me van a perdonar, pero que alguien que explique a quién preguntan, porque
desde luego, imagino yo desde mi ignorancia que si preguntan a los votantes del
partido en el gobierno, ninguno dirá que tienen pensado cambiar su intención de
voto y si preguntan a los votantes del partido opositor, más de lo mismo. En
fin, que a aquellos que no votamos desde hace siglos porque no nos gustan ni
unos ni otros ni los que vienen detrás, a nosotros nadie nos pregunta, no vaya
a ser que tengamos una opinión coherente que no plazca a las altas esferas.
¡Qué cruz!.
A lo que
voy. Más allá de esos datos que la verdad, a la mayoría nos importan bien poco,
la encuesta repite temas sabidos ya de todos los años, meses o quincenas
porque, permitidme una pregunta, ¿alguien sabe con qué frecuencia se hacen las
encuestas del CIS. Pues eso, que la encuesta también refleja los temas que más
nos preocupan a los españoles y, esta vez, han quedado, en primer lugar el paro
y en segundo la corrupción política. Además, en las notas que los españolitos
ponemos a nuestros representantes, no aprueba ni uno, ni el presi, ni la
oposición, ni la oposición de la oposición, vamos, si me apuran, creo que ni
los representantes de partidos que no existen. ¡Y luego hablan del fracaso
escolar!. Vamos, que lo raro sería que en plena crisis nos preocupase el
campeonato de Mus de Cimarrón del Medio, digo yo.
Y es aquí
donde yo me pregunto: ¿nos preocupa en primer lugar el paro porque los que
opinan están en el paro, o nos preocupa el paro porque tenemos conciencia de
clase social trabajadora?, o, dicho de otra manera: si no estuviésemos en
crisis y en este país hubiese una tasa de paro inferior, digamos, al 10% de la
población activa, nos preocuparía lo mismo y en el mismo orden?.
Y es que
nos molesta, nos crispa, la corrupción política. Claro que sí. Sobre todo
porque en un país con seis millones de parados en donde ni los jóvenes menores
de treinta ni los mayores de cuarenta tienen empleo, en el que un buen puñado
de familias subsisten todos los días gracias a las pensiones de nuestros
mayores o a la economía sumergida de las madres que trabajan de lo que sea, las
horas que sea y en las condiciones que sea con tal de tener para dar de comer a
sus hijos, en un país así ver cómo los que más tienen, no sólo no comparten
sino que además nos roban descaradamente a los demás y encima se van de
rositas, no sólo molesta. DUELE.
Y duele
también escuchar que cierto gobierno autonómico espera que sea el gobierno
central el que sufrague parte de los gastos de su consulta soberanista. Que a ver, que si se van a quedar más
tranquilos celebrando el dichoso referéndum pues que lo hagan, no vaya ser que
les salga una úlcera, pero que se lo paguen ellos porque señores, con mis impuestos,
con mi dinero, me niego. Y no porque me caigan mal o porque tema que se rompa
España ni todas esas memeces que se escuchan a veces, como decía mi abuela, por
no estar sordos. Simplemente porque considero que hay muchísimas cosas más
prioritarias que se pueden hacer con mis impuestos y no voy a poner ejemplos
porque todos tenemos seguro, un billón de ideas.
Así las
cosas me importa un comino (por no ser soez) la encuesta del CIS porque
mientras en este país no seamos capaces de remar todos en la misma dirección para salir de ésta, pues
seguiremos sacando a la luz datos chorras que lo único que pretenden es desviar
nuestra atención y adoctrinarnos como corderitos. Y oye, que nada, que nos
cuesta entenderlo. ¡Qué paciencia, Señor, qué paciencia!
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